

A veces tenemos la suerte de que la vida nos imponga desafíos que no podemos eludir, y gracias a ello logramos crecer interiormente. Otras, necesitamos salir por nuestra propia cuenta a buscarlos, y así es como arranca esta historia.
Catamarca: Santa María - Hualfin
June 06, 2018
El paso por Santa María fue un mediodía, suficiente para comer algo y reparar el velocímetro que había dejado de funcionar. La tarde se hizo camino hasta Punta de Balasto, un pueblo pequeño sólo de paso. Eran las 6 y pico de la tarde. Bastó dejar de pedalear para sentir la intensidad del viento y del frío que hacía allí. A esta altura ya había determinado que mi bolsa de dormir se quedaba corta cuando las temperaturas bajaban de los 8 o 10ºC, y a esa hora ya se sentían unos 5ºC.


Me dispuse a buscar un lugar cerrado para dormir, aunque el pueblo no disponía de ningún hospedaje. Pregunté en un parador y me contestaron que el único espacio disponible era el tinglado que se encontraba al lado de la iglesia para acampar, y que lo más probable era que ducha no consiguiera ya que los caños a esa hora se empezaban a congelar.

Los 85Km que siguieron hasta Hualfin fueron leves dado que tenían una inclinación descendente. Este pueblo contaba con un hospedaje agradable, aunque también fue un pueblo de paso.
Pregunté en la policía y también me envió al mismo lugar. Insistí en una casa de más adelante de donde salía una chica. Por suerte ella era Romina, de la familia Chulien, quienes tienen la costumbre de hospedar viajeros que pasan por allí. Esta cálida familia me brindó una habitación, una ducha y un riquísimo locro para cenar.

